Casi medio siglo en los mejores escenarios del flamenco, una fructífera cosecha discográfica y un corazón pleno de bondad y verdad flamenca son solo algunos de los méritos que concurren en Francisco Carrrasco Carrasco, Curro Malena (Lebrija, 1945). No por casualidad es el cantaor flamenco con más peñas a su nombre y tampoco es azaroso que en 2011 recibiera el calor de su ciudad, que lo nombró Hijo Predilecto de Lebrija.
El pleno del Ayuntamiento de Lebrija celebrado el pasado 9 de marzo ha acordado – a través de una declaración institucional – solicitar la concesión a este imprescindible artista de varias medallas, a saber, la Medalla de oro al Mérito a las Bellas Artes, la Medalla al Mérito en el Trabajo y la Medalla de la provincia de Sevilla. Otorgadas tales medallas por distintas administraciones, se busca con esta petición rendir un nuevo y necesario homenaje al nieto de la Rumbilla, una figura esencial para entender la contribución de Lebrija al desarrollo de la música flamenca y al caudal de creación que han venido gestando las casas cantaoras de esta ciudad.